Primavera. Esta vez será Domingo de Ramos. El comienzo de aquella Semana Mayor para la Iglesia. Vacaciones que nos traen a los amigos que no tienen la inmensa suerte de los que vivimos en este rincón al norte del norte, durante todo el año. Comienza el espectáculo de los nazarenos entre calles gremiales al paso que marcan los tambores. Viveiro huele a incienso y cera. Saldrá en procesión esa Santa Cena realizada por Juan Sarmiento, carpintero de rivera en el puerto de San Ciprián, dónde se distinguía por como daba formas humanas a las maderas de carballo y las convertía en hermosos mascarones para las proas de los buques.
En San Ciprián ese 14 de abril celebramos la reunión anual de Os Aventados. Con el recuerdo de aquellos que dieron sus vidas por la libertad, igualdad y fraternidad. Gentes que no quisieron doblegarse ante la sublevación de un ejército africanista, perjuros a la República, causantes del incivil capítulo que describe una guerra de tres largos años, con una posterior dictadura, que dejó en cunetas y fosas comunes, cuerpos destrozados cuyo delito era haber abrazado los postulados del nuevo régimen afín a la democracia, dónde la clases populares querían recuperar su dignidad.
Recordaremos a un sastre nacido en Foz, que fue emigrante en Buenos Aires dónde tuvo abierto establecimiento, regresó para instalarse en la plaza del Lugar en San Ciprián. Se presenta a las elecciones de febrero de 1936. Primero concejal de la corporación que preside Jesús Fraga Balmayor, que apenas dura un mes. Le sustituye Benito Colín Veiga. Por aquellos tiempos era funcionario Municipal en Cervo, Xosé Murados, y Secretario del Concello, José María Correa Miranda.
Haremos una ofrenda de flores a la mar, para la memoria de quienes fueron juzgados en un Consejo de Guerra que tuvo lugar en Lugo en noviembre de 1936. Se les acusa de rebelión, cuando los que se habían sublevado contra el gobierno legítimo de la República eran los de las camisas azules. Y así Benito Colín, José María Correa, Ramón Martínez Paleo, José Costa Varela, José Murados Fernández, Sergio Correa Fra, José Otero Álvarez, Luís Diéguez Mariño, Esteban Castro Álvarez, Nicolás Rey López, Claudio Pernas Campos, Antonio Abad Gómez, Manuel Ponte López, todos ellos vecinos del Concello de Cervo, son declarados culpables y ocho de ellos condenados a muerte; si bien, sólo son fusilados el 11 de diciembre, el Alcalde y el Secretario Municipal.
Tras el recuerdo en el muelle de San Ciprián, Os Aventados premiaremos a quienes han demostrado ser buenos y generosos. La Asociación de Ayuda al enfermo mental en A Mariña; Salvamento Marítimo y la tripulación del Helicóptero Salvamar; Andrés Díaz Ferro, Vicente Míguez Salgueiro, Román Ventoso, Ceferino Expósito Rodríguez, O Burelo de Foz; Mesón La Ría de Viveiro.
Un recuerdo en negativo para Auguas de Galicia, por su comportamiento en las inundaciones que sufrió Viveiro y Xunqueira.
Os Aventados quieren seguir siendo el pulso de la sociedad civil. Esa que de tanto esperar a veces se desespera, al no ser atendida en sus demandas. Aventados de toda A Mariña, llegados de otros lugares del Estado, cada vez más asustados con el cambio climático, preocupados con el comportamiento de los que desde yankilandia, tienen mando a distancia para el futuro de Alcoa, el impacto del Brexit sobre nuestra flota pesquera, y como de costumbre indignados con la precariedad laboral y el recibo que emiten las compañías eléctricas.