Mi amistad. Selecciono a quien dono mi aprecio con ahínco porque no todas las almas coexistimos amigablemente en la sociedad. Quienes conocen mi corazón saben que mi compañerismo es profundo y sincero, pero también son sabedores de que por mi profesión domino el lenguaje gestual y temporal a la perfección. Son conscientes de que leo en los silencios como en un libro abierto: tal como si de una gran enciclopedia llena de términos y definiciones inacabables se tratase.
Algunas amistades. ..Y cuanto dicen los gestos, los tiempos de no respuestas o el simple mutismo de zorrería pusilánime de ciertas personas sin carácter que actúan con exceso de obscurantismo, celadas y engañifas. Evidentemente, estos seres desconocen el significado de la lealtad: no tienen amigos, sino gran cantidad de camaradas a los que atraen con tretas festivas y que se aprovechan de ellos con excesivas sonrisas y sacándoles la sangre sin que se den cuenta. Yo no quiero a mi alrededor a ningún Caín, sino a personas cuya conducta impagable me ayuda a superar los momentos más difíciles de mi existir sin requerir permuta emocional alguna.