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Carta al Sr. Presidente de la FEGAMP en torno a las fusiones de Ayuntamientos

D. Alfredo García Rodríguez, en primer lugar felicitarle por su elección como Presidente de la FEGAMP, con mayor motivo por ser el primero, desde su actual composición, en serlo desde una Alcaldía de menos de 20.000 habitantes, precisamente a las que con más virulencia les afecta la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local.

Desde mi punto de vista tres son los retos fundamentales de nuestra Administración Local de cara a su modernización: la financiación, las competencias y la planta. Por cuestión de espacio me detendré en esta última porque usted hizo unas declaraciones en las que no se manifiesta partidario de las fusiones de Ayuntamientos sino de los servicios compartidos, lo que suele ser una propuesta recurrente de la inmensa mayoría de los Alcaldes, aunque está acreditado con datos oficiales que no son las figuras ni preferidas ni más utilizadas, pues en Galicia existen 35 mancomunidades que tan sólo agrupan a un 15 % de la población, cuyos presupuestos no pasan del 1,2 % de los de los Ayuntamientos, y además 14 de ellas ni siquiera presentaron sus cuentas en 2013.

Usted dice que Galicia no es Castilla y León y habla de que en 15 kilómetros en torno a Tordesillas podría haber 20 ó 30 Ayuntamientos pequeños que si se fusionan no pasa nada pero eso en Galicia supondría la creación de Ayuntamientos de entre 6.000 y 7.000 habitantes con 200 ó 300 núcleos, con lo que seguiríamos teniendo municipios pequeños con una superficie disparatada. Bien pues permítame que le diga que el ejemplo tiene alguna trampa: para Castilla y León habla de Ayuntamientos en torno a una capital comarcal y para Galicia lo obvia, cuando son precisamente estas, o al menos la mayoría de ellas quitando las de determinadas dimensiones, las que deben pilotar las fusiones, con pedagogía, mano izquierda y criterio para no confundir fusión con absorción, que esto sí tendría unos efectos muy negativos. Tampoco es el factor distancia el que deba utilizarse en Galicia, pues por su orografía 15 kms. aquí no son lo mismo que en Valladolid, de ahí que yo lleve años proponiendo el criterio del tiempo, concretamente entre 15 y 20 minutos de la capital que se establezca. Usted también habla de que seguiríamos teniendo Ayuntamientos pequeños, pues déjeme que le diga que sólo aquellos que por estar más alejados de las capitales comarcales tengan que fusionarse entre sí estarían en esa horquilla de los 6.000 a 7.000 habitantes, pero es que actualmente 7 de cada 10 Ayuntamientos gallegos tienen mucho menos de esa población, con lo que estaríamos subiendo el suelo de una forma muy considerable. Además de que no se le debería escapar que una vez que se cruza el umbral de los 5.000 habitantes se obtiene un aumento en la participación en los ingresos del Estado, a lo que hay que sumar el ahorro en gasto corriente, lo cual deja un importante remanente para la prestación de servicios públicos. También dice usted que el resultante sería un Ayuntamiento prácticamente ingobernable por su extensión y por el número de núcleos de población. Pues bien, me gustaría recordarle que por encima de 400 entidades están Vilalba o A Estrada, incluso muy cerca Lalín, y además todos pasan de 300 kilómetros cuadrados, incluso Vigo o Santiago que, con menos superficie aunque por encima de los 100 kilómetros, también cuentan con más de 300 entidades, y no creo que en ningún caso podamos hablar de Ayuntamientos inviables o ingobernables. Además, si pueden atenderse los servicios a una pluralidad de municipios con una multitud de núcleos y un territorio extensísimo desde una mancomunidad, ¿por qué cree que no es posible hacerlo desde una Alcaldía?

Sinceramente creo que debe mirar hacia adelante y no tratar de recuperar fórmulas superadas y semiabandonadas. Además si hay una Comunidad que pueda presentar una forma teórica de gestión de Ayuntamientos fusionados esa es Galicia, pues de lo que se trata es de gobernar a una pluralidad de núcleos bajo una misma Alcaldía, y esa es la idiosincrasia de los Ayuntamientos gallegos, por lo que le animo a abanderarla, incluso a exportarla a nivel nacional y no a esperar a que acaben desapareciendo los pequeños municipios por despoblación, lo que no sería más que el fracaso del sistema actual.

Alejandro de Diego Gómez.
Secretario de Administración Local.

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