Eduardo A. Domínguez Vilar.- ¡Feliz año nuevo en Amor!, así con mayúsculas, porque Amor, tú eres la esencia de nuestra vida. Sin ti, Amor, nuestro cristianismo no sería más que una huera declaración de hermosos principios, pero no por ello dejaría de ser una declaración falsa. Sin ti, Amor, nuestra fe no sería nada más que un mero código de valores humanos muerto; similar al de las promesas de nuestros políticos, tanto cuando están en campaña electoral, como ya hemos comprobado, hoy, aquí y ahora, como cuando llegan al gobierno; es decir, sin ti Amor, todo quedaría reducido a un muestrario de falsas intenciones, y a una propuesta irritante. ¿Quién no se irrita, Amor, ante una demanda imposible? Decirle a alguien: Ama, es como decirle: vuela. Tan irrealizable una cosa como la otra. Sin embargo, todos los mandamientos de Dios, se resumen en dos: “Amarás al Señor con todo el corazón, con todas tus fuerzas, con toda tú mente, y al prójimo como te amas a ti mismo”.
Amor, tú eres la felicidad verdadera. La sólida felicidad que no se desvanece. Lo demás es una fiebre, nacida y creada bajo la carpa de este inmenso desierto de la vida sin ti, Amor.
Los primeros discípulos de Jesús de Nazaret, predicaban a Otro. Por eso lo hacían con la fuerza y el poder de ese Otro. Pero en la actualidad, cada día se extiende más la costumbre, de que los cristianos se prediquen más así mismos o a sus líderes, incluso venerando como reliquia algún trozo de tele perteneciente al corsé, de tal o cual monja abadesa, o de un trozo de tela similar cortado de los gayumbos de un beato fraile. Y eso, es el más grave atentado que se ha hecho contra ti, Amor, que sólo puedes nacer en el corazón de los hombres y mujeres, cuando ya no viven ellos en sus humanos orgullos y sabidurías, sino que vive Cristo en sus mentes, en sus corazones y en sus fuerzas. Porque Cristo es Amor.
¡Feliz Año 2014, Amor, que sólo te haces realidad viva y alcanzable a través de Jesús. Sólo en
Él y por Él.
Feliz año nuevo, Amor; inefable, indecible Amor. Ni el apóstol Pablo que tanto supo, se atrevió a definirte. Por eso, cuando Pablo habló de ti, Amor, prefirió relatar las consecuencias de tu existencia, escribiendo: “Es sufrido, es benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo…Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo soporta…¡Nunca deja de ser! Pablo, que tanto supo, dio por sentado el Amor Fraternal entre los creyentes; entre todos los creyentes sin importar su nacionalidad, etnia, cultura o condición social. El mismo Pablo, ni siquiera se molestó en sintetizar una cosa que se daba por hecha entre los cristianos de su tiempo, y enseñaba: “Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos a los otros.” (1ª Tesalonicenses 4:9). Feliz año 2014, en ese Amor, enseñanza divina. Perfecta enseñanza, sólo comprensible mediante una pedagogía sobrenatural.
El Papa Francisco, con otras palabras desde que llegó a su pontificado, nos ha venido recordando y diciendo a todos lo mismo que ya nos dijo el apóstol Pablo. ¡Menos mal, porque ya era hora de que un Papa hablara así! ¡Muy bien por el Papa Francisco, por su humildad y por su valentía!
¡Felicidades en el Amor, hermanos en la preciosa Fe de Jesucristo! Y felicidades en el Amor y en la Paz, y la solidaridad fraternal, igualmente a nuestros amigos y conciudadanos que no comparten esa misma Fe, pero que indudablemente también comparten la misma crisis económica y de valores, en la cual nos instalaron nuestros gobernantes; una crisis que ha convertido a los pobres, en mucho más pobres aun, al tiempo que por obra y gracia de esos mismos gobernantes y banqueros, y no por obra y gracia de Dios, sino más bien todo lo contrario, ha convertido a los ricos, en doble y hasta triplemente más ricos en esta misma crisis. ¡Lamentable, pero cierto!
¡Muy feliz Nuevo Año 2014! Para todos vosotros, victimas del paro, los desahucios, las Preferentes, y de todas esas otras injusticias que pululan por doquier, en esta vieja piel de toro hispana, pero ¡Feliz Año Nuevo 2014!, en esa solidaridad fraternal en el seno del pueblo, hoy más necesaria que nunca, para poner coto y punto final a este caótico estado de cosas, promoviendo esa ruptura social de no ser posible otra solución, para poder al fin, alcanzar así esa Justicia Social, y esa verdadera y genuina democracia real, hoy inexistente, por haber sido secuestrada por la partitocracia que padecemos. ¡Muy Feliz Nuevo Año de 2014!, pleno de las más ricas bendiciones de lo Alto!, como respuesta al clamor de este pueblo sufriente, al que le están recortando sus derechos a vivir dignamente en su tierra, forzándole a emigrar a otras tierras ajenas, al igual que en otros tiempos ya pasados, en los que imperó el desmán, la insolidaridad, la quiebra de la paz social, y el imperio del miedo y la represión, propio de toda dictadura. Esto no puede permitirse que vuelva, aun haciéndolo bajo el disfraz de falsa democracia, y por eso digo; ¡Muy Feliz Año Nuevo 2014!, de toma de conciencia, para que no nos priven de vivir, ese Amor fraternal, humano y solidario que, es derecho del pueblo, y no cruel e insolente, tacaña concesión de gobernante. Que así sea.
Eduardo Andrés Domínguez Vilar.