– Se ha dicho que se privatiza el litoral. Falso. El terreno que forma parte del dominio público seguirá siendo el mismo que fue declarado tras el preceptivo deslinde.
– Se ha dicho que dará lugar a desmanes urbanísticos. Falso. La nueva Ley de Costas impide nuevas edificaciones en la franja de servidumbre de 100 metros.
– Se ha dicho que se amnistían las edificaciones ilegales. Falso. Las edificaciones ilegales seguirán siendo ilegales y podrán ser demolidas.
– Se ha dicho que fomenta la especulación en nuestro litoral. Falso. Las transmisiones de las concesiones habrán de ser autorizadas por la Administración General del Estado, previo informe de la CCAA correspondiente, que velará en todo caso porque el concesionario cumpla con la protección medioambiental.
– Se ha dicho que supone una reducción generalizada de la zona de protección de 100 a 20 metros. Falso. Esta posibilidad sólo será posible en casos muy determinados –núcleos rurales- que más adelante explicaré.
Lo cierto es que la Ley de Costas de 1988, cuya finalidad de servir de norma de protección de nuestro litoral nadie discute, no ha funcionado todo lo bien que sería deseable a lo largo de sus 25 años de vigencia y ha sido fuente de una elevadísima conflictividad -24.500 expedientes sin resolver a día de hoy- tanto entre particulares como entre las distintas administraciones públicas consecuencia de la inseguridad jurídica generada por algunas de sus disposiciones. Asimismo, a día de hoy y tras un cuarto de siglo de aplicación, no se ha completado el deslinde de nuestro litoral y la parte realizada lo ha sido en base a criterios arbitrarios y cambiantes.
La reforma se justifica en la necesidad de disponer de un instrumento eficaz de protección y conservación del litoral, de mejorar la seguridad jurídica de los titulares de derechos en la costa y de compatibilizar la protección del espacio natural con determinadas actividades económicas que creen empleo y generen riqueza.
Uno de los aspectos más positivos de la nueva norma, en lo que a Galicia se refiere, es el reconocimiento de los núcleos rurales tradicionales -recogidos así en los Planes Generales de Ordenación Urbanística Municipal (PXOM)- núcleos que en 1988 no tenían la calificación de suelo urbano pero que sí reúnen las características de este tipo de terreno, en su mayor parte compuestos por modestas viviendas con más de 50 años de antigüedad. Con la nueva norma, para estos núcleos la servidumbre de protección se reduce de 100 a 20 metros y los propietarios podrán realizar actuaciones de conservación, reparación, mejora y consolidación siendo necesario únicamente el permiso del ayuntamiento siempre que estas actuaciones no supongan un incremento de volumen sobre lo ya edificado y se introduzcan criterios de eficiencia energética y de ahorro de agua. En aquellos casos en que el núcleo rural tradicional no esté contemplado como tal en el PXOM se le concede al Ayuntamiento un plazo de 2 años para incluirlo, previa autorización de la DG de Costas y con informe de la Xunta de Galicia. En A Mariña se estima que se podrán beneficiar de esta posibilidad unos 105 propietarios sin alterar en absoluto nuestra espléndida costa.
Otro aspecto importante, es el nuevo criterio de delimitación del dominio público marítimo-terrestre en los tramos de costa en que se hayan construido paseos marítimos -excluidos las pasarelas y caminos de madera- de forma que a partir de ahora la línea exterior de estos paseos se entenderá como línea interior de la ribera del mar.
Por otra parte, y por primera vez en España se incluye la obligación de tener en cuenta los efectos del cambio climático sobre nuestras costas.
En definitiva, la nueva norma, que será desarrollada por un Reglamento cuya aprobación se prevé para los próximos meses, dotará a los propietarios de terrenos afectados y a las distintas administraciones públicas de un marco jurídico estable basado en criterios objetivos lo que se traducirá, sin lugar a dudas, en una mayor tranquilidad y seguridad jurídica para todos.
En Viveiro, a 13 de agosto de 2013.
Jaime de Olano Vela.
Diputado Nacional en el Congreso.
Concejal en el Ayto. de Viveiro.