NO VAMOS A DECIR QUE LLUEVE
Comunidad educativa del Ceip Rivera Casás, unificada en el Ceip de Cervo nº1
Es difícil explicarle a tu hijo porqué tiene que coger un autobús para acudir a la escuela, cuando tiene un colegio a dos pasos de casa.
Nuestra obligación como padres es la de transformar lo incomprensible en sencillo, y consecuentemente intentamos explicarles que alguien ha decidido que es lo mejor para ellos. Aún así, siguen sin entender el alejamiento físico del entorno de San Ciprián. Algún día serán lo suficientemente maduros para comprender que esta especie de “exilio” al que están siendo sometidos es consecuencia del gran delito que cometimos sus padres. Un delito gravísimo, consistente en defender un edificio público ubicado en un lugar privilegiado que garantiza calidad educativa y cohexión social, un aliciente indispensable para la seguridad y la tranquilidad de las familias así como un elemento humanizador para el pueblo.
Podíamos haber tomado el camino fácil, el de la sumisión resignada, el de los brazos cruzados, el del inmovilismo pasivo o incluso tomar el camino del “¿que me das a cambio, si me callo?” que tanto prolifera en nuestros días; pero no lo hicimos, decidimos luchar por lo que creemos justo, con escasez de medios, sin apenas subvenciones, con trabas y zancadillas por parte de la administración municipal y de algunos vecinos……y aún así conseguimos sacar adelante durante todos estos años el proyecto educativo y de calidad que queríamos para nuestros hijos, porque cuando se trata de trabajar por ellos, lo importante es la imaginación y las ganas. Y lo hicimos bien, ¡vaya que sí!, y lo vamos a seguir haciendo.
Se ha especulado mucho sobre donde llevaríamos a los niños si el CEIP Rivera Casás cerraba sus puertas; algunos pensaban que nuestros hijos se irían a unas casetas de obra pagadas por alguna administración dispuesta a ofrecer tal extravagancia de dudosa legalidad y alto coste para los vecinos, como ocurrió con el Concello de Cervo.
Siempre lo hemos tenido claro, los experimentos educativos no entran en nuestros planes y por eso nuestros hijos van a un centro público; y aunque no sea el centro que elegimos para ellos, vamos a seguir trabajando porque las condiciones en él sean las mejores posibles, colaborando activamente y en conjunto con el resto de padres, dirección y profesores, para quienes la situación tampoco es la más sencilla. Pero esta colaboración no implica que vallamos a callarnos cuando algo esté mal, ni tampoco a dejar de aplaudir lo que esté bien.
Nosotros no vamos a decir que “chove” si “mexan por nos”. Nunca lo hemos hecho.